El domingo pasado se celebraba la habitual carrera de Fuenlabrada a las 16.00h, con la fresca. Allí me presenté.
Mentiría si dijera que me apetecía ir. Aunque solo fuese un poco. No tenía absolutamente ninguna gana de ir. No tenía ninguna gana de ponerme un dorsal. Ni de sufrir. No quería tener la sensación de ver como el pulso se me dispara en los primeros metros. De hecho, no tenía ninguna gana de depilarme (hacía dos meses desde la última vez...) La carrera de El Escorial me desmotivó mucho y eso unido a mis molestias de espalda, que no remiten, tampoco han ayudado. Pero sí tenía ganas de compartir un rato con los compañeros de equipo, ya que la temporada se acaba y, aunque en 2013 nos seguiremos viendo, puede que no sea lo mismo.
Tenía las mismas ganas de montar en bicicleta que los últimos meses en los que he montado muy poco (aun teniendo tiempo) y cuando lo he hecho ha sido en plan disfrute. Saboreando cada pedalada. Sin prisas.
El caso es que no tenía ganas, pero llegas ahí, saludas a unos y a otros, haces cola para la inscripción y... por algún motivo que desconozco, todo cambia. De repente, me arepentí por no haber aprovechado esas horas de las que disponía...
Al final, te terminas dando cuenta de que cuando algo te gusta de verdad, te gustará para siempre y lo que hace a penas 5 semanas era desmotivación total, desgana y un poco de aborrecimiento a la bicicleta, se vuelve en todo lo contrario.
De la propia carrera, poco hay que comentar. Solo aparecí en cabeza en la salida, donde me coloqué de los primeros sin buscarlo. Otras veces lo he intentado con mas ahínco y no lo he conseguido...
Tras unos minutos al Sol, se da el pitido de salida. La primera vuelta se hace muy tranquila y progresivamente se va cogiendo velocidad.
Pasadas tres vueltas, veo que me empiezan a fallar las piernas en cada arrancada y cada vez que hay un latigazo pierdo muchas posiciones. Y en la cuarta, me corto en el repecho a la M-50. Todo ha salido tal y como lo esperaba, así que esta vez no hay decepciones ni cabreos ni nada parecido a lo que me pasó en Las Canteras en Copa de España.
El resto de carrera la veo desde la cuneta con Amador y Forrest, que están haciendo una valiosísima labor como auxiliares.
Al acabar, charlamos un rato la gente del equipo y rápidamente nos vamos para casa. Las carreras por la tarde te parten el día entero...
Poco más voy a comentar de la carrera. Hay crónicas mucho más interesantes y completas de algunos compañeros, pero sí destacaría la "desmostración" del Puma. Nos ha dejado claro a todos el motivo por el que fue profesional de este deporte. Porque tiene algo más que los "normales".
Pero hay "normales" que son muy grandes también, y ahí tengo que meter a mi compañero de equipo Stephane que se marcó un CARRERÓN, en mayúsculas, (si lo comparamos con la categoría de "normales") Es una pena que los superdotados acaben hundiendo a estos grandes "normales"...
Vídeo de Forrest Murphy, Ciclo Speed:
http://vimeo.com/49747560
La carrera ha sido un desastre como tal, pero ha sido un éxito como terapia. Me han vuelto de repente las ganas de entrenar y de volver, al menos, otra vez.
Y en eso estamos...
Saludosssssss.
